Buenos días pandas,
¡Hay algo muy curioso que tenemos que contaros! Ayer por la tarde Ella y yo fuimos a la playa a por conchas. Estábamos completamente solos, hasta que vimos aparecer una figura oscura con un gran maletín negro pasando por el hospital. Como buen detective, enseguida reconocí que había algo entre los arbustos.
¿Y en qué arbusto?
Es sólo una forma de hablar…da lo mismo. La cosa es que me dirigí al sospechoso panda disimuladamente.
¿Disimuladamente? Pero si saltaste sobre él como un mono y gritaste “¿Quién es usted?” como si de un criminal se tratase. Y luego resultó ser el Prof. Bookworm . La verdad es que realmente se comportó de forma muy sospechosa, pero cuando nos reconoció, vino corriendo. Tartamudeaba de forma muy rara y andaba despistado como de costumbre. Nos estuvo explicando, utilizando mucho movimiento de brazos, que en los próximos días intentará llevar a cabo un experimento secreto en el faro. Pero no nos quiere desvelar de qué se trata.
Suerte que a veces el Prof. Bookworm es bastante torpe. Como siempre se está moviendo, se le cayó la bolsa de las manos. Buah, ¡fue un desastre! Cuando le ayudé a recoger las cosas, cayó en mis manos una carta de Panfu. En ese instante, s eme cortó la respiración:
¿Qué eran esos destellos de luz que venían del faro? No parecían precisamente barcos que estaban en camino… Además de su maleta salían regalices de colores. Mmm…¡qué rico! En ese momento quería que entrara el Prof. Bookworm y me dijera que eran los cables peligrosos ¿Qué pretende? Vamos a estudiar la cosa a fondo, ¡por supuesto! ¿Tenéis alguna idea?
Ojito al parche
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